Lagos del Serrano

A las 11 cargamos la furgoneta con mapa, pistolas, bocatas y nos fuimos a los lagos del Serrano. Nada más llegar exploramos el monte, una casa abandonada y buscamos una sombra donde dejar las cosas. Juan y Luis se lanzaron a cruzar el lago a nado. Guerras de fango, de pistolas de agua y alguno que otro que se cayó al agua vestido hicieron que el tiempo pasara rápidamente. El mejor nadador fue Rufo, que no paraba de meterse en el agua una y otra vez.